Los cambios en una organización son desafíos apasionantes que ponen a prueba las habilidades de los líderes. Su tarea principal es mantener un equilibrio adecuado de tensión en la organización para generar movimiento, evitando paralizarla por el miedo. Al mismo tiempo, es crucial comprender las dinámicas organizacionales detrás de estos procesos.
La fábula de «
El elefante, el jinete y el camino» ilustra esta dinámica de manera clara. En ella, el elefante simboliza la fuerza colectiva, el jinete representa la dirección estratégica y el camino es la ruta hacia la transformación. La moraleja destaca la necesidad de colaboración y comprensión para avanzar con éxito en momentos de cambio.
Es evidente que los líderes a menudo se centran en el aspecto racional del cambio, representado por el jinete, descuidando la importancia de la dimensión emocional (el elefante) y las condiciones del entorno (el camino). Los procesos de cambio exitosos abordan de manera integral la dirección estratégica, la emocionalidad organizacional y crean las condiciones propicias para un cambio sostenible, aprendizaje y disfrute.
La resistencia al cambio, representada por el elefante que «se resiste», tiene su origen en las posibles pérdidas que los miembros de la organización pueden percibir durante el proceso. Estas pérdidas y el esfuerzo consciente o inconsciente por evitarlas son la raíz de la resistencia tanto a nivel individual como organizacional.
Los líderes, enfrentados a estas dinámicas, se ven confrontados con tres tipos de pérdidas: las relacionales, vinculadas al temor de perder amistades; las de control y poder, relacionadas con el miedo a no poder controlar los resultados esperados; y las pérdidas reputacionales, donde los líderes arriesgan la imagen ganada a lo largo de los años.
Estas pérdidas pueden llevar a los líderes a caer en trampas comunes, como la simplificación excesiva de situaciones complejas, la búsqueda constante de tener razón, la preferencia por la armonía en detrimento de la diversidad de opiniones, y el excesivo enfoque en el éxito personal y el temor al fracaso.
Para asegurar un proceso exitoso, es esencial dotar al jinete de propósito y resiliencia, cultivar la capacidad de comprender y motivar al elefante, y trazar un plan de transformación detallado y completo para «limpiar» y «aclarar» el camino hacia el cambio. En la vastedad de esta travesía, a menudo se descubre que incluso los líderes más hábiles pueden beneficiarse de la sabiduría y la orientación de aquellos que han demostrado maestría en guiar elefantes por caminos desconocidos. La naturaleza colaborativa de esta analogía sugiere que, en algunos casos, puede ser valioso recurrir a la experiencia de expertos en gestionar la complejidad emocional del elefante para avanzar con confianza hacia una transformación exitosa.
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